Evelyn Silva
Siempre que caminaba por las calles de mi ciudad durante la época de carnavales, sentía la música de los tambores e inmediatamente sabía que la comparsa ya se estaba acercando al palco donde toda la familia disfrutaba del carnaval. Era imposible resistirse al ritmo de la comparsa, a la alegría y energía de sus artistas y siempre quedaba atrapada en la multitud de bailadores que acompañan la comparsa.
De acuerdo con la Real Academia Española, la palabra comparsa proviene del idioma italiano y se refiere al “conjunto de personas que en las representaciones teatrales o en los filmes figuran y no hablan”. La historia se remonta al siglo XVI en el norte de Italia cuando la Commedia dell’ Arte llevó miles de obras de teatro a lugares recónditos. La improvisación y la espontaneidad de las producciones dramatúrgicas requerían la comparecencia de actores secundarios sobre el escenario. Fue entonces en ese momento que surgió el comparsa; un personaje al que no se le escuchaba ni cantar ni bailar. Su papel consistía en estar sobre el escenario, en silencio, haciendo acto de presencia..
Sin embargo, esa imagen del comparsa fue cambiando a través del tiempo y hoy en día, los comparsas representan a un grupo de personas que, ataviadas con llamativos trajes multicolores, bailan y cantan al son de la música mientras recorren las calles de cualquier ciudad. En un carnaval, no pueden faltar las comparsas. Hombres y mujeres de todas las edades se unen para celebrar su amor por la música y el baile.
Las comparsas preparan elaboradas coreografías musicalizadas con instrumentos de percusión. En su mayoría, los integrantes de la comparsa acompañan su baile contagioso con cantos, estandartes, banderas, cintas, entre otros objetos que le dan más colorido a su recorrido. Los trajes son muy elaborados y son utilizados para identificar el origen de la comparsa. Semanas antes del carnaval, los integrantes de la comparsa ensayan su coreografía y, entonces, los vecindarios se inundan de visitantes que vienen a curiosear para tener un anticipo de lo que será la presentación final de la comparsa en el carnaval.
Originadas en diferentes barrios o ciudades, las comparsas compiten entre ellas y el último día del carnaval, la comparsa más organizada, con mejor coreografía y vestuario recibe el gran premio. Los espectadores, en muchas ocasiones, suelen sumarse a la comparsa y acompañan a los bailadores por largos tramos, cantando y bailando al compás de los tambores.