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5 pistas para volver a la rutina tras las vacaciones

Por- Kelli Drummer-Avendano

Después de casi tres meses de vacaciones es comprensible que tus hijos (¡y tú!) tienen dificultades recuperando la rutina para la escuela. Aquí tienes algunos consejos para hacerles un poco más fácil.

1. Deja afuera la negatividad: Nuestros hijos siguen el ejemplo que les damos. Si transmites la idea de que el regreso a la escuela es algo negativo, se sentirán más pesimistas y resistentes a la nueva rutina. Intenta hablar de lo positivo y recuérdales que seguir la rutina se volverá más fácil con el tiempo. 

2. Sigan haciendo algunas actividades que hacían durante las vacaciones. Si solías caminar con tus hijos al parque durante el verano, intenta hacerlo después de las clases o después de cenar una o dos veces a la semana. Es importante que tus hijos tengan tiempo libre después de estar en un ambiente estructurado por seis o siete horas. Además, se darán cuenta de que el regreso a la escuela no significa el fin de toda la diversión vacacional. 

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3. Haz tanto como puedas la noche anterior. Hay un refrán que dice: “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Así que, en la noche, pídeles a tus hijos que se arreglen sus cosas para el día siguiente: su ropa, su mochila y su almuerzo. No importa si tienes que ayudarlos al principio, están practicando un buen hábito que les ayudará por toda su vida. Además, las mañanas serán más pacíficas y agradables para todos. 

4. Planifica el menú del desayuno y almuerzo con tus hijos. El verano trae muchas oportunidades para comer chucherías y meriendas no tan saludables. Aprovecha el comienzo de una rutina nueva para hablar de la comida y nutrición. Involucra a tus hijos en la planificación de un menú semanal de desayunos y/o almuerzos. Si es posible, pide su ayuda en la preparación de la comida también. 

5. No exijas la perfección. Hay que tener paciencia con los cambios. Por eso, no debes esperar que todo sea perfecto. Durante las primeras semanas, intenta tomarlo con calma y, sobre todo, mantener un buen sentido de humor. Al final, ¡todos nos sentimos menos estresados cuando podemos reírnos!

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