By Evelyn Silva
Con una extensión de 4000 km, el río Paraná es parte del sistema fluvial de América del Sur y es considerado uno de los ríos más importantes de nuestro continente. No solo por su extensión, sino también por la fuerza de su caudal, este cuerpo de agua forma, junto con el río Uruguay, la extensa cuenca der Río de la Plata. Su delta es completamente de agua dulce ya que no desemboca en el mar; sin embargo, su nombre, proveniente de la lengua tupi, significa “pariente del mar”, nombre que ganó por ser un río extenso y caudaloso, semejante al mar.
El río Paraná mueve a su paso más de 15000 metros cúbicos de agua por segundo y debido a la fuerza de su torrente arrastra a su paso sedimentos que a través de los años han contribuido a la formación de isletas y bancos dentro del propio cuerpo de agua. El río fluye hacia el suroeste y en su trayectoria recorre los países de Brasil, Paraguay y Argentina.
Gracias a la fuerza de su torrente fue posible la construcción de la hidroeléctrica de Itaipú, un proyecto binacional en el que participaron Brasil y Paraguay. Itaipú, que en la lengua guaraní significa “piedra que suena”, se encuentra localizada entre Paraguay y Brasil, cerca del Puente Internacional que une Ciudad del Este y Foz de Iguazú, respectivamente.
Este fue el lugar escogido por los ingenieros paraguayos y brasileños para construir una represa de dimensiones colosales. La topografía del territorio era idónea y luego de varios estudios hidrográficos, en el corazón de América del Sur, en 1982 se puso en marcha la que sería la hidroeléctrica más grande del mundo.
La construcción de la represa se inició en 1974 y tiene una altura de 196 metros. En su construcción se utilizaron miles de toneladas de hierro fundido y la remoción de tierras y rocas cambió para siempre la fisonomía de esta parte del continente. A pesar las alteraciones al ecosistema que ocasionó la construcción de esta monumental obra de la ingeniería moderna, la hidroeléctrica se convirtió en el principal proveedor de energía de Paraguay.
La potencia de la misma genera el equivalente de más de 434.000 barriles de petróleo por día. En 1995, la revista norteamericana Popular Mechanics nombró la represa hidroeléctrica de Itaipú como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. En la actualidad, Itaipú se ha convertido en un destino turístico que atrae a turistas nacionales e internacionales ávidos de explorar la región y deseosos de contemplar esta maravilla de la ingeniería.