Durante la primera década del siglo XVII, el esplendor renacentista que había irradiado a España, ahora quedaba opacado por el declive económico y político de la monarquía española.
Como consecuencia, la realidad española adolecía por la pobreza, el hambre y la miseria. En medio de este ocaso sociopolítico, disminuye la publicación de las novelas de caballería ya que su mundo ideal con hidalgos y doncellas había cedido su espacio a la ruina y la desesperanza.
Es en este contexto histórico que Miguel de Cervantes publica esta gran obra literaria que se convertiría en la primera novela de la literatura hispanoamericana. Cervantes muestra el panorama de la sociedad española de su tiempo, con personajes de todas las clases sociales, de las más variadas profesiones y oficios, muestras de costumbres y creencias populares.
El protagonista de esta novela es nada más y nada menos, que un hidalgo empobrecido quien de tanto leer novelas de caballería, comienza a pensar que él es un caballero y tras una divertida ceremonia de investidura, es armado caballero y decide irse a recorrer el mundo para combatir las injusticias.
Evidentemente, Cervantes nos regala una parodia de las novelas de caballería y para lograr su cometido le otorga al confundido hidalgo el altisonante nombre de Don Quijote de la Mancha. Con armas viejas, un caballo raquítico, y acompañado de un campesino ambicioso al que nombra Sancho Panza, Don Quijote se lanza al mundo en busca de aventuras y del amor prometido a su amada Dulcinea, una humilde campesina a la que “el caballero de la triste figura”, como suele llamársele, le otorga el título de “doncella”.
Y es que Cervantes, a través de Don Quijote nos presenta los ideales que todos, sin excepción tenemos, y que, por alguna razón no podemos cumplirlos en la realidad. Refleja en su obra la esencia del ser humano, tanto nuestras virtudes como defectos, mostrándonos los distintos rasgos que tenemos los seres humanos.
Utilizando una galería de personajes que representan los distintos grupos sociales y sectores de la sociedad de la época, el autor nos entrega una obra en la que lo real y lo fantástico se mezclan. Los diálogos nos trasladan a la época y nos muestra diversos paisajes españoles. Poco a poco, en la medida que Don Quijote va transformando la realidad, aquellos que se topan con él en el camino, primero se burlan de los discursos insensatos que pronuncia el caballero pero luego, su mundo de miseria y pobreza logra ser embellecido gracias a las palabras este personaje que es capaz de mezclar los hechos más disparatados con una inteligencia y, a veces, una lucidez fuera de lo común.
Por estas y muchas razones más, esta obra maestra de la literatura hispanoamericana es considerada la primera novela moderna y su lectura ha deleitado a grandes y chicos a través de los siglos.