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Unas de las herramientas más útiles en todos los idiomas son los signos de puntuación. Los mismos tienen un carácter universal porque son empleados para modular la entonación y para establecer las pausas necesarias, y así lograr una comprensión más cabal del texto. Estos caracteres ortográficos permiten que el mensaje que quiere comunicar el texto sea coherente y cohesivo. Hoy vamos a estudiar los usos de los dos puntos (:) y el punto y coma (;), en esta serie sobre los signos de puntuación.

Los dos puntos (:) se utilizan para captar la atención del lector sobre un tema o palabras específicas. Generalmente se colocan antes de una enumeración de más de dos palabras. Esta función es muy útil porque le ayuda al lector a enfocarse en las palabras enumeradas, por lo tanto, su uso parte de una intención deliberada del escritor.

Ejemplo: Los días de la semana son: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo.

Los dos puntos también se ocupan de separar una cita que el escritor quiere incorporar en su texto. De esta forma, el escritor corrobora la cita textual y evita que el lector se confunda con sus propias palabras o ideas. Al mismo tiempo, permite un mejor análisis de las ideas que se están manifestando.

Ejemplo: La maestra hablaba sobre la obra de Martí y leyó un fragmento: “Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea…”

Por último, encontramos los dos puntos en los encabezamientos de cartas, documentos judiciales, etc.

Ejemplo: Carlota: Espero que al recibo de esta carta te encuentres bien…

Un escritor recurre al uso del punto y coma (;) cuando necesita hacer una pausa en el texto. Sin embargo, esa pausa es más corta que la pausa que se hace después de un punto pero es más larga que la pausa que deviene después de una coma.

Así mismo, el punto y coma nos prepara para enunciados que presentan ideas diferentes o que no están totalmente relacionados. Es por ello que el punto y coma precede, en algunas ocasiones, a las conjunciones aunque, mas y pero.

Ejemplo: Sofía quería descansar; aunque no tenía mucho tiempo para terminar la tarea.

Con el punto y coma, las ideas pueden formar parte de una totalidad y pueden estar relacionadas, es decir, forman parte un todo.

Ejemplo: La joven llegó a la casa. Sus manos, temblaban; sus ojos, asustados; su rostro, pálido.

Lee también: Los usos de por qué, porque, porqué y por que. 

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