Había una vez un niño afroamericano y pobre que se crió en Nueva Orleáns a principios del siglo XX. Se llamaba Louis Armstrong. Pero todos lo llamaban “el pequeño Louie”. Para ayudar a su familia, Louie hacía todo tipo de trabajos. Recogía pedazos de bronce y hojalata para vender como chatarra. Repartía periódicos en la calle y les hacía mandados a los adultos.
Louis también había formado un grupo de cantantes con tres amigos. Cantaban en las esquinas y la gente les daba dinero.
En la víspera de Año Nuevo, cuando el pequeño Louie tenía doce años, fue a cantar con sus amigos. Después de cantar “Mi hermosura brasilera” regresaron a casa. Uno de los muchachos sacó una pistola de fogueo de juguete y disparó al aire. Quería hacer algo de ruido porque era Año Nuevo. Louie quiso hacer lo mismo. Pero él tenía un arma de verdad. La sacó y apuntó al cielo. ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Un policía oyó los disparos. Disparar un arma era muy peligroso. Además era ilegal. El policía llevó a Louie a la comisaría y al día siguiente lo enviaron a un reformatorio. Los reformatorios eran escuelas para jóvenes que, por ser menores de edad, no podían ser enviados a una cárcel.
Años después, Louie Armstrong recordaría que sintió que el mundo se le venía abajo. Pero resultó que el reformatorio en realidad le salvó la vida. Allí aprendió a tocar la corneta.
La tocaba tan bien que llegó a ser uno de los más grandes músicos de jazz de todos los tiempos. Compuso docenas de canciones famosas y hasta hoy su música se sigue escuchando y admirando.
Lee el primer capítulo de ¿Quién fue Louis Armstrong? para conocer un poco más de este gran músico y realiza las actividades.
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