“El martes 1 de diciembre de 1955, Rosa Parks salió de su trabajo un poco antes de las cinco. Caminó hasta Court Square para tomar el autobús de la ruta Avenida Cleveland. Se montó en él y pagó su pasaje. El autobús se llenó rápidamente y no quedaron asientos disponibles en la sección de los blancos.
En su autobiografía, Rosa Parks describe lo que ocurrió a continuación. Un hombre blanco no tenía dónde sentarse y el conductor del autobús le pidió a gritos a Rosa y a otras personas de color en su fila que se levantasen porque él quería esos dos asientos. Al principio, nadie se movió o habló por lo que el conductor gritó con más fuerza. Dos hombres y una mujer que estaban en la fila de Rosa se levantaron y ella los dejó pasar. En vez de pararse, ella se corrió hasta la ventana. Tiempo después, reveló que se mantuvo sentada porque “mientras más cedíamos y cumplíamos, peor nos trataban”.
El conductor caminó hasta donde Rosa y le preguntó, gruñendo, si se iba a levantar. En tono tranquilo, pero firme, Rosa le contestó que no. ‘Entonces haré que la arresten’, le dijo el conductor. Rosa le respondió: ‘Sírvase hacerlo’. Todos los pasajeros se mantenían callados. Rosa pensó en su abuelo y su arma de fuego, y en todo los insultos que había escuchado durante tantos años. Sentía que contaba con las fuerzas de sus ancestros. Tomó una decisión que no estaba dispuesta a cambiar”.
El fragmento anterior pertenece al libro ¿Quién fue Rosa Parks?, de la colección ¿Quién fue?. Para conocer más sobre Rosa Parks, lee el capítulo “¡Hoy no hay pasajeros!“ con tu clase y practiquen cómo escribir una noticia. |
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