Escribir un texto es un proceso de tres etapas. Requiere planificación, textualización y revisión. En la etapa de planificación es importante pensar sobre qué se va a escribir y a quién irá dirigido el texto. Cuando se trata de escribir con propósitos académicos debemos tomar en cuenta los criterios que estipule el profesor y preparar un borrador siguiendo sus recomendaciones o sugerencias. Durante la textualización se prepara un borrador para organizar y conectar las ideas y en la revisión se corrige y edita el texto en su totalidad.
Ahora bien, cómo puedes saber si tu trabajo cumple con los estándares requeridos. La revisión implica considerar tres aspectos: contenido, estructura y estilo. Las siguientes técnicas te facilitarán la tarea durante ese proceso.
Revisión del contenido – ¿Qué escribí?
En esta etapa se identifican las fortalezas y debilidades del texto escrito. Para mejorar y robustecer el contenido conviene identificar si el texto responde al objetivo principal y la finalidad para el que fue escrito. Coteja si la información que se ofrece guarda relación con el tema principal y si es adecuado para el lector a quien va dirigido. Verifica si la manera en que abordas el tema despierta los sentidos y afina la percepción del lector. Considera, también, si la extensión de la información que ofreces es adecuada o faltan detalles que debes incluir en el texto.
Revisión de la estructura – ¿Cómo lo organicé?
La organización y estructura de un texto es clave para obtener un producto excelente. Los aspectos sintácticos y semánticos, así como el uso correcto de los conectores discursivos facilitarán la comprensión de las ideas expuestas en el texto. Para lograrlo es necesario verificar cómo se desarrollan y organizan las ideas, si cada párrafo contiene una única idea, si se emplean conectores adecuados entre cada párrafo de transición, etc. Aunque cada escrito tiene una estructura propia, regularmente un texto se divide en: introducción, cuerpo o desarrollo y conclusión.
Revisión del estilo – ¿Cómo lo expresé?
Una buena revisión y corrección del estilo implica leer y releer cuantas veces sea necesario. Verifica si hay coherencia en el texto, si está claro y comprensible. Elimina las repeticiones, las redundancias y términos coloquiales. Corrige las faltas ortográficas y la puntuación. Una buena revisión del estilo implica observar cuidadosamente la ortografía, la sintaxis, la semántica y la retórica, entre otros aspectos. Para este proceso puedes pedir ayuda a otra persona experta en la materia.
Finalmente, mientras revises tu escrito elimina o añade datos relevantes, coteja que el vocabulario sea adecuado y lee en voz alta tu trabajo. Observa el orden secuencial de las ideas con relación a su estructura. Recuerda que revisar es perfeccionar el texto escrito, así que el producto final jamás será igual a la versión que escribiste en el primer intento.
By Linda Ojeda
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